La problemática de los seguros y las empresas recuperadoras

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Desde hace tiempo, el Gremi está trabajando para solucionar la problemática que supone la negativa, por parte de muchas entidades aseguradoras, de establecer contratos con las empresas recuperadoras. Para ello, colabora codo con codo con la correduría COSTA-SERRA. a cuyo director técnico hemos entrevistado para entender, a fondo, el origen de un obstáculo que actualmente afronta el sector de la recuperación.

En 2012, el incendio de una planta de reciclaje en Alcira (Valencia) dio lugar a un registro donde se valoraban todos los siniestros que, de cierta intensidad, iban sucediendo en el sector del reciclaje. Hasta la actualidad, con el último registro declarado, éstos ascienden a 290, producidos todos ellos entre el 2012 y el 2020, y registrados por su magnitud.

«Por su parte, las entidades aseguradoras están sujetas a contratos de reaseguro que delimitan su exposición al riesgo. Éstos, al acontecer con tal frecuencia e intensidad, han llevado a que los reaseguradores se vayan retirando, con lo que las aseguradoras carecen del mecanismo de protección que representa el reaseguro», nos explica Josep Mª Mons Pujol, director técnico de Costa Serra, partner del Gremi.

Respecto al importe de las primas, éste se encuentra sujeto a un cálculo actuarial donde influyen básicamente la prima de siniestralidad, el recargo de prestaciones, el recargo de administración y el recargo de adquisición. «No podemos obviar que una entidad aseguradora está sujeta a una cuenta de resultados que debe ofrecer, como cualquier negocio, una rentabilidad a sus accionistas o una sostenibilidad, en caso de tener otra condición mercantil.

Los importes a soportar por la mercantil asegurada irán en función a su facturación y las sumas aseguradas que tenga contratadas, así como las medidas de prevención existentes en el riesgo», comenta Mons.

Así pues, este tema se ha transformado en un problema generalizado para todas aquellas empresas que en su actividad contemplan el reciclaje en cualquiera de sus vertientes. A pesar de ello, los incendios registrados más recientemente se han producido con más frecuencia en determinadas zonas de la geografía española, afectando al reciclaje de materiales como neumáticos, madera, colchones, textil, papel, cartón, plástico, residuos peligrosos, puntos limpios, a plantas de reciclaje de hidrocarburos (disolventes, aceites y similares) etc.

De esta forma, tales incidentes han perjudicado al resto de empresas, como aquellas destinadas al reciclaje de metalúrgico que, desde el año 2012 al 2020, únicamente han sido afectadas en 3 ocasiones de las 290 registradas.

Sin embargo, una empresa responsable debe cubrir su patrimonio en todos los aspectos que pueden representar un menoscabo de sus balances. «Por tanto, empresas de alto riesgo como se pueden considerar las de reciclaje, deberían minimizar al máximo su riesgo transfiriendo el mismo a una aseguradora mediante el pago de unas primas. Como obligatorios, podemos contar la RC Medioambiental y la RS de Contaminación Accidental, además de los propios del uso y circulación de vehículos a motor, carretillas, vehículos industriales y similares», señala Mons.

Dado que el Gremi y sus socios están preocupados por l aistuación que se está desarrollando respecto a la nueva cobertura para los riesgos de sus agremiados, se celebró una reunión, junto con la Correduría COSTA-SERRA, S.L. exclusiva del Gremi de Recuperació de Catalunya, con la Administración y el Colegio Profesional de Mediadores de Seguros, exponiendo el problema. Aun así, no se logró obtener ningún compromiso, por parte de las aseguradoras asistentes, a dar una solución efectiva a la contratación de este tipo de riesgos.

«La Administración es un órgano público que debe atender las necesidades de los ciudadanos y, evidentemente, de las empresas que mediante sus impuestos la sostienen, pero también es cierto que las compañías aseguradoras son entidades privadas que están sujetas a una rentabilidad, por lo que deben dar resultados a los reaseguradores que les dan soporte y estabilidad», argumenta Mons.» Si bien ya existen regulaciones y normativas que la Administración obliga a cumplir por parte de las empresas, en muchas ocasiones, el cumplimiento de tales ordenanzas, por parte de las mercantiles, se contrae en rellenar formularios y escritos para demostrar su cumplimiento. Aun así, la realidad del día a día es que se continúa trabajando como antaño, por lo que la Administración debería aumentar las inspecciones en materia ambiental y seguridad industrial, obligando mediante posibles sanciones a los operadores a responsabilizarse conforme a las reglas establecidas».

Para el director técnico de COSTA-SERRA, todo está sujeto a procesos cíclicos.

En la actualidad, el mercado del reciclaje se encuentra inmerso en una grave crisis que provoca un acopio masivo de material, a la espera de que el precio de venta incremente y se encuentren destinatarios para el mismo. Los mercados asiáticos, que hasta hace poco eran los principales clientes del mercado de materiales reciclados, han cerrado sus fronteras, lo que agrava el acopio de materia prima secundaria en almacenes y campas de los recicladores nacionales.

«En consecuencia, la posibilidad de que se genere un incendio aumenta de forma geométricamente exponencial», indica, y añade: «En el futuro debe cambiarse la gestión de los riesgos estableciendo sistemas de depósito, devolución y retorno (SDDR) con objeto de conseguir una economía circular y frenar los devastadores incendios sufridos con tanta frecuencia e intensidad».

Por su parte, las empresas de reciclaje deben apostar por el estudio y la implantación de medidas de prevención y seguridad industrial. En este sentido, debe mejorarse la trazabilidad de los productos y los sistemas de extinción contra incendios, mantener el orden y la limpieza de forma rigurosa en las zonas de trabajo y delimitar, mediante barreras de seguridad, el confinamiento de los materiales para impedir que, en caso de que se produzca un incendio, éste se propague con facilidad.

«Es importante crear protocolos de seguridad para reducir las existencias acopiadas en los almacenes, establecer alarmas perimetrales en las campas y rondas controladas mediante vigilancia en horas de cierre de la actividad. Estas medidas deberían dar lugar a un resultados efectivo y, en consecuencia, reducir esta problemática favoreciendo la oferta aseguradora.

En definitiva, la inversión en seguridad es un factor esencial para este sector», concluye Mons.

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